Afortunadamente, mi servicio de televisión satelital fue interrumpido por falta de pago. Solo puedo pagar en la oficina de telegrafos y cierra mucho antes de que yo pueda salir de la clinica por el trabajo. Ahora no voy a ver videos malos de artistar corrientes ni películas taquilleras de los ochenta. Seran noches de Bolaño y Ariosto. Tal ves Ludovico Ariosto, si me viera leyendo, se sentiria orgulloso de su obra.
Uno de los grandes medicos que fueron maestros mios en el tercer año de la carrera me visitó en la clinica. Sentado en la sala de espera muy sonriente, parecia muy contento de verme ahi, dando consulta. Al fin de cuentas que yo de consulta es (entre algunos otros) obra suya.
Seria bueno tener ese tipo de satisfacciónes.