-¿Qué día es hoy don Justin?
-Es miércoles
-¿en que pueblo estamos?
-En Alpoyeca
Don Justin lleva un año postrado en cama.
Viendo el techo de varas y cartón
No hace falta decir que ya perdió la razón
Cada noche lo persiguen miles de diablos.
-¿Cómo son los diablos Don Justin?
-son panzones como Roman.
Junto a la casa que habita, hecha de varas, adobe y cartón. Don Justin tiene una casa nueva, de cemento y lámina. Su esposa se resiste a cambiarse a la casa nueva, bastante mas limpia que la actual. Dice que al morir van a dejar la casa nueva apestando y eso es lo que recordará la gente de ellos. La peste.
-¿Cuántos diablos vienen Don Justin?
-miles y miles, en coche y a pie.
-¿De donde salen?
-de ahí de esa tarima- dice Don Justin mientras señala una mesa improvisada junto a una imagen de la virgen de Guadalupe decorada con otros cuantos iconos y una veladora con ínfima reserva, encendida.
-¿Salen junto a la Virgen?
-si, ya no respetan nada.
Don Justin se cubre solo con unas sabanas sucias.
-¿Por qué no lo viste? Le pregunto a la esposa.
- porque no se deja.
No aceptaron a Don Justin en un acilo de la capital del estado por que tiene un hermano.
Solo aceptan gente sola.
-¿Por qué no se deja vestir Don Justin?
-no necesito, no salgo.
Su hermano no quiere saber de el.
Don Justin no siempre quiere comer ni beber. Para el, las excretas normales del cuerpo humano representan un problema difícil de afrontar; de ahí su falta de apetito.
-¿Por qué lo persiguen los diablos Don Justin?
-porque fui malo.