Monday, October 10, 2005

Llegué a la clínica a las diez de la noche, el silencio y las sombras me parecieron normales por unos segundos. Hasta que me di cuenta de que estaba solo. Me extraño estar solo. Pero me extraño mas que por unos momentos lo sentí normal. Tal ves yo estoy destinado a la soledad y me estoy acercando poco a poco a mi destino. Puedo dejarme la barba y el pelo largos y vestir ropa blanca de lino, usar algunos collares de cuentas de colores, sandalias y un bastón nudoso, tal cual nos han inculcado el prototipo del ermitaño. En el fondo no estoy solo, tengo a mi sombra.

1 Comments:

Blogger El mundo de Daan said...

Sin lugar a dudas, una de las más serviles y fieles amigas, es la soledad el hombre, por consecuencia la sombra es la eternidad medida al pas´del tiempo.

Después de todo, en el silencio, no puede uno mentirse a si mismo, a menos que se este conciente de lo tonto que se es, servirse del silencio para configurar más silencio.

Aunque la palabra silencio, sea en consecuencia la mayor regla del hombre para hacerse notar con su semejantes.

Su amiga
Daanroo
(http://elmundodedaan.blogia.com)

11:36 PM  

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